Consentimiento desinformado

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He leído y acepto todas las condiciones, acepto los términos y la política de privacidad, he entendido y leído…Estas expresiones son habituales en las diferentes sitios webs, aplicaciones, y software en general y en un gran porcentaje, nos encontramos ante la gran mentira de este siglo, y es que NADIE, (menos algunos profesionales del sector por mera curiosidad) se lee dichas clausulas.

Una de las mayores luchas que hay en el sector de la protección de datos es en el consentimiento de los usuarios, muchas personas a la hora de elaborar su política de privacidad realizan una argumentación que no esta tan lejos de la realidad, “qué más da, total nadie las lee” o “copia los de otra página”.

Sin contradecirlos demasiado cabe destacar que una de las claves en la contratación a distancia o prestación de cualquier servicio de la sociedad de la información es la información y el consentimiento.

El problema de esta cuestión es por un lado, la exigencia legal que recoge una amplia variedad de datos que tienen que aparecer en estos textos, y la realidad sobre su longitud y complejidad de su lenguaje.

Por nombrar algunos textos y sus contenidos podríamos hablar de avisos legales, políticas de privacidad o cookies y de las condiciones generales para la contratación de quienes son, qué venden, qué uso o fin van a dar a los datos facilitados por los usuarios y cuáles van a ser las condiciones que rijan sus relaciones. Al igual que cada uno de estos textos han de reflejar la identificación del propietario, la finalidad de su tratamiento, identificación de sus ficheros etc.

La redacción de estos textos es relativamente compleja y sobre todo con un lenguaje bastante “antiestético” para el usuario, esto provoca (como

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es lógico por otra parte) que no se le preste atención, no se lea y se haga click en  aceptar  sin haber leído estas condiciones.

Este problema es importante ya que no conocemos la realidad del tratamiento de nuestros datos y el posible uso que se les va a dar a los mismos.

Desde la Agencia Española de Protección de Datos siempre han tenido una visión bastante abierta de este problema, y desde diferentes documentos, siempre informan que estos textos, a pesar de que tienen que cumplir con todos los requisitos legales deben de ser lo más inteligibles posibles para los usuarios, dejando a los encargados de su redacción libertad a la hora de la forma en su redacción.

Desde luego que esta libertad en su redacción no implica que estas condiciones se conviertan en un best seller, pero desde luego hay maneras de hacer estos textos más atractivos para el usuario. La adaptación de dichos escritos a la temática de la página, la inclusión de iconos o imágenes para hacerlo más sencillo e incluso buscar un lenguaje más “de calle” pueden hacer que el consentimiento sea real, es decir que la gente entienda estos textos.

La agencia siempre permite esta libertad de forma, considerando que mientras se realice un ejercicio de información efectivo, el lenguaje o la forma del texto va a resultar secundario (siempre manteniendo unos mínimos).

Es por ello que desde Equal siempre intentamos adaptar de la manera más accesible posible a los usuarios potenciales de nuestros clientes todos los textos legales para hacerlos lo más inteligible y comprensible a la hora de realizar un consentimiento efectivo.

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