Según informa el diario El País, la nueva normativa sobre protección de datos es obligatoria en toda la Unión Europea.

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) exige a las empresas y organismos que estén en contacto con datos personales, bajo amenaza de cuantiosas sanciones, que recaben tu consentimiento expreso para seguir conservando esta información y poder utilizar los datos personales. Además, si van a hacer uso de los datos de sus clientes, deben conseguir la conformidad por cada una de las acciones para las que los utilicen.

Por este motivo, y más allá de la molestia que pueda suponer gestionar tal cantidad de mensajes, es fundamental conocer los nuevos derechos otorga el RGPD.

La nueva normativa obliga a las empresas a recabar tu consentimiento expreso para guardar tus datos, y a informarte, con un lenguaje claro y sencillo, de para qué fines se utilizarán, el fundamento jurídico para el tratamiento, y si serán transferidos fuera de la UE.

Además, las empresas tienen que informarte de durante cuánto tiempo se conservarán tus datos, con quién se compartirán y tus derechos fundamentales de protección de datos, cómo presentar una reclamación, cómo retirar tu consentimiento y los datos de contacto de la organización responsable del tratamiento y de su delegado de protección de datos, en caso de haberlo.

Las empresas necesitan recabar nuestro consentimiento expreso para mantener nuestros datos y así poder seguir utilizándolos, el poder del ciudadano es el de decidir quién puede disponer de ellos y para qué. Si decides no renovar tu consentimiento, las compañías deben eliminar tus datos personales de sus bases de datos y, por supuesto, no utilizarlos.

Hay que comprobar que en el mail o mensaje que recibes se explica claramente qué tipo de datos se guardan y para qué fines específicos se utilizarán. No te pueden pedir una autorización general, y tampoco solicitarla a través de formularios con casillas pre marcadas.

Al facilitar datos personales a las compañías, estas deben informarte y recabar tu autorización sobre las posibles transferencias de información a países fuera del Espacio Económico Europeo o que no ofrecen un nivel de seguridad equivalente al español.

Una vez finalizada la relación contractual, y debido a distintas exigencias legales (como la conservación de las facturas) las compañías pueden mantener los datos de sus antiguos clientes, pero siempre informando del plazo máximo.

Tienes derecho a solicitar el acceso a los datos personales que la compañía tenga sobre tí y a obtener una copia en un formato accesible.

Hay que aclarar que un dato personal es cualquier información, referida a una persona física, que permita identificarte o hacerte identificable. Hay datos que solo son personales si van asociados a un nombre o al DNI, como, por ejemplo, la edad. Una fotografía, al ser la imagen de una persona, es un dato personal. No son datos personales los profesionales, como, por ejemplo, el NIF de un autónomo.

Permite al interesado exigir la corrección de datos inexactos o a completar los datos personales incompletos.

El responsable asignado, tiene la obligación de rectificar o completar los datos y de comunicar esta rectificación a los responsables del tratamiento a los que se hubiera comunicado esta información personal.

Permite al interesado pedir la supresión de sus datos personales si considera que ya no son relevantes, son erróneos o fueron obtenidos de manera ilícita. Si han sido publicados en un entorno electrónico, puede pedir que se supriman los enlaces, copias o réplicas de los mismos.

Existen unos supuestos especiales en los que no podrás ejercer tu derecho al olvido, específicamente, cuando prevalezca el derecho a la libertad de expresión e información.

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