Whatsapp contra las agencias europeas

Whatsapp contra las agencias europeas. Las redes sociales y las agencias europeas de protección de datos siempre tienen un tira y afloja en sus intenciones. Nos encontramos habitualmente con decisiones u opiniones de las agencias europeas o de la comisión con respecto al tráfico de datos de las redes sociales con los usuarios.

Desde Europa ya se ha comenzado a mirar con lupa las actuaciones de Facebook en relación a su actividad con WhatsApp, aplicación de mensajería de la que es propietaria, y que en las últimas semanas ha comenzado a importar datos e información personal.

Las principales agencias de protección de datos europeas, entre las que se encuentra la española, ya han iniciado las pertinentes investigaciones para analizar pormenorizadamente si la transferencia de información personal realizadas entre ambos servicios digitales vulneran la normativa vigente.

Tras las nuevas condiciones de uso de la aplicación WhatsApp, en las cuales se anuncia la transferencia de datos personales hacia Facebook, la Agencia Española de Protección de Datos ha confirmado que examinará los tratamientos que esta comunicación genera para dirimir si las actuaciones «respetan la legislación española de protección de datos».

La compra de Whatsapp, tenía un objetivo claro desde el principio: hacerse con los datos de los millones de usuarios, personas con nombres y apellidos, su lista de contactos, los números de teléfono de hasta aquellos usuarios quienes no están registrados en la plataforma. Y todo para potenciar su estrategia publicitaria y profundizar aún más en el conocimiento de sus perfiles.

Este cambio en los términos y condiciones, se supone que es un cambio destinado a mejorar el servicio.

Este cambio en los términos de uso, permite, la transferencia de información y datos personales a su empresa matriz. La compañía dio entonces un plazo de un mes para aceptar los términos de uso de la aplicación, pero tras el plazo, los usuarios que no aceptaran el formulario corren el riesgo de ver prohibida la entrada.

En la actualidad, hay grandes dudas, ya que se ha aprobado el reglamento europeo pero no se va a aplicar hasta el 25 de mayo de 2018.

Por ello, la aplicación WhatsApp, debió contar con el «consentimiento expreso» del propio usuario, pero lo que hizo la compañía fue considerar que si el usuario no había mostrado su discrepancia al respecto, automáticamente entendía que se aceptaban las cláusulas por defecto, es decir, de manera tácita.

Los gigantes de internet, a menudo, y por no decir siempre, acuden a una narrativa y un estilo jurídico ambiguo a la hora de presentar de las condiciones de uso de sus servicios, muchos de ellos, plataformas que forman parte de la vida diaria de muchas personas.

Que WhatsApp se haya convertido en la herramienta por defecto de media Europa no impide que Facebook, que es la legítima propietaria de WhatsApp, pueda tomar la decisión de anunciar un cambio en sus políticas, compartir los datos que la app genera con el resto de los productos de su cartera, siempre que lo haga proporcionando la información adecuadamente y ofreciendo alternativas configurables para quien prefiera optar a que esa compartición no tenga lugar.

Facebook, por su parte, ha salido al paso para defender que las comunicaciones digitales entre la red social y la aplicación móvil se ajustan a la normativa vigente.

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