Según información del diario “La Razón”, esta semana entra en vigor el Decreto Ley de protección social que busca poner fin a la precariedad laboral, y que incluye la obligación por parte de las empresas de que sus empleados fichen. El Gobierno considera que si el trabajador hace más horas que lo que marca la ley se está contribuyendo a la precarización del mercado laboral.

Por ello se ha modificado el Estatuto de los Trabajadores para establecer la obligación de registrar el inicio y fin de la jornada laboral. Se trata de garantizar el cumplimiento horario y también facilitar el control del mismo por parte de la Inspección. Las empresas tendrán dos meses para adaptarse al registro horario desde su publicación en el BOE.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2018, 797.000 trabajadores realizan horas extra en sus trabajos y el 48% de ellos declaran no cobrarlas.

Según el informe de IWG, sin embargo, la normativa va en contra de lo que pide la sociedad actual: más flexibilidad, conciliación, no el “presencialismo”.

El nuevo escenario laboral se aleja del modelo tradicional de jornada de 8 horas sentados en una silla de una oficina. Los datos obtenidos en su encuesta global, entre más de 15.000 personas de 80 nacionalidades diferentes, reflejan que las nuevas formas de trabajo ofrecen a las personas la libertad de decidir dónde, cuándo y cómo trabajar.

Según informa el portal Pymes y Autónomos, el incumplimiento del registro de la jornada dará lugar a sanciones al modificarse la Ley de infracciones en el Orden Social. Se impondrán multas de entre 626 y 6.250 euros para las empresas. En el caso de encontrar múltiples incumplimientos de la norma, que afecten a diferentes trabajadores, se impone una sola sanción.

El registro de jornada debe incluir de forma obligatoria el horario de entrada y de salida de cada trabajador. La forma de realizar dicho registro queda a discreción de la empresa, que deberá consultar con los representantes de los empleados. No todos tendrán que hacerlo de la misma manera, ya que un teletrabajador no acudirá a la oficina para fichar, pero igualmente deberá registrar el inicio de su jornada.

Más documentos a conservar para la mayoría de las empresas y un sistema más que mantener. Porque no basta con habilitar un modelo de fichaje, sino que luego hay que sacar informes y contrastar que todo el mundo ha fichado la entrada y la salida.

El trabajo flexible ha ayudado al 77% de las empresas a ser más productivas y exitosas. Por este motivo, el 62% de las compañías a nivel mundial ya tienen políticas de flexibilidad, lo que se traduce en que cerca de la mitad de los empleados ya pasan 2,5 días a la semana de media fuera de sus oficinas centrales.

La flexibilidad aumenta la satisfacción de los trabajadores al ayudarles a conciliar su vida personal y laboral. Desde la reducción de los tiempos de desplazamiento al trabajo y el estrés que estos generan, a una mejor organización de las cargas familiares, la flex

ibilización de las horas de trabajo se postula como el pilar de la conciliación.

Sin embargo, el estudio también recoge la dificultad de cambiar una cultura laboral mucho más rígida que ha sido la norma habitual durante mucho tiempo. Y precisamente es España quien lidera la tabla de países con mayor resistencia al cambio, con más de dos tercios de responsables de negocio que han expresado sus dudas a la hora de cambiar hacia un modelo de trabajo más flexible.

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